JORGE ROJAS EN VIVO

Rio Cuarto ciudad de encuentros

Con nombre propio

Como nunca antes, está claro que no en su época con Los Nocheros pero tampoco incluso en su anterior presentación ya como solista, Jorge Rojas se había mostrado más directamente implicado con el público, y más aún con un perfil que lo separa de aquella etapa anterior de manera clara y definida. Desde el mismo momento de la fuerte introducción con la "Chacarera del olvido" en un set que integraron otras nuevas como "Marca borrada" y clásicas como "Las alas de la libertad" y "La yapa", el cantor salteño fue dando cuenta de que esta nueva etapa lo encuentra en una madurez con la que tiene que ver una vuelta a las fuentes. Un retorno escenificado claramente con la interpretació n de la bellísima "Como pájaros en el aire", demostración clara de que, direccionada hacia mejores obras, la voz de Rojas es de las que dejan marca.

Otro es el signo de temas como "Sin memoria" o “Milagro de amor”, que lo reintroducen a una variante en la que parece más de lo mismo, un resabio demasiado marcado de su etapa anterior, aunque ciertamente algunas de las que más festejan especialmente sus seguidoras. En cambio, las versiones de "Luna vallista" y "No te vayas carnaval", resultan un claro contraste y definen una senda nueva que es encrucijada: entre quedarse con el éxito asegurado del viejo estilo o ir adelante en busca de su identidad más creadora y potente. Por ahora, Rojas elige la combinatoria, apostando a intercalar temas clásicos de su repertorio como "La vida", con sets espectaculares como la interpretació n de "La sin corazón" (con malambo incluido junto a sus hermanos Alfredo y Lucio). Así, con momentos altos en fervor de la gradería, con la clásica “Vuelvo”, con una versión “zambeada” de "Lágrimas negras", hasta llegar a la eclosión del inevitable bis con “No saber de ti”, coreado entre signos de admiración por las fans. Siempre bien acompañado por Guido Bertini en batería, Carlos Pema en percusión, Paito Figueroa en piano, charango y guitarra, Sergio Pérez en guitarra eléctrica, Fernando Bobarini en bajo, y Antonio Riera en bandoneón y acordeón. En esta nueva visita, mostró un paso adelante, que es de esperar que se proyecte aún más, respecto a su cómoda posición anterior de descansar sobre la seguridad que le dan los viejos éxitos.No es casual que su avance hacia el folklore lo produzca un disco que lleve su nombre, lo que se escucha en él, y se dejó oír en el Anfiteatro, aún entre el delirio del público, es un Jorge Rojas con nombre propio. R.S.